En Nueva York no es raro ver anuncios que buscan captar tu atención en medio del bullicio, pero esta vez quien se llevó las miradas fue Friend. La joven startup de inteligencia artificial decidió invertir más de un millón de dólares en una campaña masiva dentro del metro, y con ello puso sobre la mesa una jugada ambiciosa en un mercado hipercompetitivo.
La estrategia sorprendió porque no se trató de presencia digital ni de influencers, sino de publicidad tradicional en espacios físicos. Además, la empresa eligió el metro, un punto de encuentro diario para millones de personas que rara vez ignoran los carteles que acompañan sus trayectos. En consecuencia, el objetivo fue claro: posicionar la marca como un actor aspiracional que busca hacerse notar más allá de la pantalla.
Friend y el impacto de la inteligencia artificial en el marketing
El movimiento abre debate sobre cómo las startups de inteligencia artificial entienden hoy la construcción de confianza con los usuarios. También refleja que, en un entorno saturado de opciones digitales, los espacios urbanos aún poseen un enorme valor simbólico. Asimismo, Friend no solo buscó reconocimiento de marca, sino diferenciarse al demostrar que incluso las compañías tecnológicas pueden apostar por campañas físicas con gran impacto.
Por otro lado, la magnitud de la inversión señala una tendencia creciente: los proyectos de inteligencia artificial ya no se conforman con la visibilidad en nichos, ahora aspiran a conquistar audiencias masivas.
Un dato revelador confirma que solo en septiembre, startups estadounidenses destinaron más de 15 millones de dólares en campañas offline, consolidando un regreso inesperado de la publicidad tradicional en plena era digital.