Los hielos ahora también se piensan como una experiencia. En Argentina, dos emprendedores decidieron transformar un producto olvidado en símbolo de calidad y estética: lanzaron el cubo de hielo más caro del país, pensado para bares de alta gama y bebidas premium.
A simple vista, parece hielo común. Pero cada cubo de Hielo Gentileza lleva hasta cinco días de producción. Se trata de bloques macizos, perfectos, con una transparencia absoluta y cero burbujas. No tienen aroma, no contaminan el sabor de la bebida y se derriten mucho más lento que un hielo convencional. Eso los convierte en aliados estratégicos para el whisky y los cócteles de autor.
Cubo de hielo premium, una categoría inesperada
La idea nació en Buenos Aires y apunta a un mercado dispuesto a pagar por lo que otros ven como invisible. Cada cubo cuesta 400 pesos argentinos. Sí, por un solo cubo. Lo curioso es que la demanda no para de crecer. En agosto de 2025, ya abastecen a más de 40 bares y hoteles cinco estrellas.
Sus creadores, Francisco Resnik y Martín Arouxet, vienen del mundo de la comunicación y el diseño. Pero fue la búsqueda de una bebida perfecta lo que los empujó a fundar este emprendimiento. Lo hicieron con una lógica de producto artesanal, con tecnología casera y obsesión por el detalle.
La clave está en el proceso. Usan una técnica llamada “direccional freezing”, que controla el congelamiento desde una sola dirección. Esto elimina impurezas y aire atrapado. El resultado es un hielo de laboratorio, cortado uno por uno y pulido a mano.
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