La evolución de San Miguel de Allende va más allá del turismo. Hoy, la ciudad experimenta una transformación estructural que la posiciona como un centro de desarrollo urbano, tecnológico y residencial de alto nivel. En el corazón de esta nueva etapa se encuentra Artesanto, el proyecto insignia de Distrito Corazón, que encarna la visión de un San Miguel moderno, sustentable y conectado con su entorno.
San Miguel, entre patrimonio e innovación
Tradición y vanguardia conviven en un mismo espacio. San Miguel no solo conserva su valor cultural, sino que impulsa una economía basada en la tecnología y los servicios especializados. La apertura del centro de datos QR04 de ODATAsimboliza este cambio: una ciudad que no solo celebra su pasado, sino que también apuesta por un futuro digital y competitivo.
En este contexto, Artesanto representa la integración perfecta entre diseño arquitectónico contemporáneo y vida sostenible. Su ubicación dentro de Distrito Corazón permite a los residentes disfrutar de la autenticidad de San Miguel con acceso directo a restaurantes, galerías y espacios públicos, al tiempo que se benefician de una infraestructura moderna y eficiente.
Inversión con propósito: el modelo Artesanto
La primera fase del proyecto contempla una inversión superior a 800 millones de pesos, con áreas verdes, zonas peatonales y viviendas de media y alta gama diseñadas bajo criterios de sustentabilidad. Esta planificación urbana busca no solo atraer inversión, sino generar un impacto positivo en la economía local mediante la creación de empleos y el impulso al comercio de proximidad.
Artesanto y Distrito Corazón marcan un punto de inflexión en el desarrollo del Bajío. Más que un complejo inmobiliario, son un modelo de cómo el crecimiento urbano puede ser inteligente, equilibrado y respetuoso con el entorno. San Miguel de Allende se reinventa, y su nuevo rostro tiene el sello de la sustentabilidad
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