La movilidad compartida entra en una nueva fase en Estados Unidos con la apuesta de Zevo por los vehículos autónomos. La startup con sede en Dallas comenzó la integración de robotaxis en su flota eléctrica, con Tensor como primer socio tecnológico, en un movimiento que busca redefinir el car-sharing urbano.
Zevo opera desde hace poco más de un año una red de autos eléctricos compartidos y ahora prepara el terreno para ofrecer vehículos sin conductor a sus usuarios. La compañía planea adquirir hasta 100 unidades del modelo autónomo de Tensor y sumarlas progresivamente a su plataforma, siempre que el fabricante cumpla con los requisitos regulatorios y operativos.
Tensor emergió recientemente tras la reconfiguración de la startup AutoX y afirma que lanzará un vehículo totalmente autónomo para consumidores en 2026. Aunque el proyecto aún enfrenta retos de escala y confiabilidad, Zevo considera que la oportunidad justifica el riesgo. Si el despliegue avanza, los usuarios podrían acceder a estos autos bajo un esquema similar a un robotaxi descentralizado.
La estrategia no es aislada. Zevo ya había anunciado acuerdos con fabricantes emergentes dispuestos a ofrecer condiciones flexibles. Esta apertura resulta clave para integrar software, habilitar uso compartido entre pares y permitir que particulares o microemprendedores participen en el negocio de la movilidad autónoma.
Zevo apuesta por integración profunda y riesgo calculado
El cofundador Hebron Sher sostiene que las startups jóvenes permiten una colaboración técnica más estrecha que los fabricantes tradicionales. Esa integración resulta esencial cuando se busca operar flotas compartidas y, eventualmente, robotaxis.
La alianza beneficia a ambas partes. Tensor obtiene un cliente temprano y un entorno real para validar su tecnología. Zevo accede a vehículos a menor costo y con mayor control del software.
El plan implica riesgos evidentes, pero también refleja la aceleración del ecosistema autónomo. Con robotaxis ya operando en varias ciudades, Zevo busca posicionarse antes de que la adopción se masifique.
El mercado estadounidense de movilidad autónoma mantiene una expansión constante, impulsada por pruebas regulatorias, capital de riesgo y demanda urbana, lo que refuerza el atractivo de modelos híbridos entre car-share y robotaxi.











