Los autos eléctricos ya no son solo una promesa de movilidad limpia. En Países Bajos, un movimiento estratégico revela cómo la transición tecnológica se convierte también en una oportunidad empresarial. MisterGreen, la startup neerlandesa que desde hace años apuesta por el leasing de Teslas, acaba de romper las reglas al adquirir 50 millones de euros en acciones de la empresa de Elon Musk. ¿La jugada? Una apuesta quirúrgica por el futuro de los robotaxis.
Mientras muchos aún discuten si el coche autónomo es viable o rentable, MisterGreen se posiciona como un socio silencioso pero estratégico de Tesla. No se trata solo de movilidad, sino de infraestructura, flota y visión a largo plazo. Este paso convierte a la startup en el mayor accionista privado de Tesla en Europa, con una mirada fija en el ecosistema robotaxi que se avecina.
Robotaxis y la visión a 10 años
La lectura es clara: no se están comprando acciones, se está comprando futuro. En su visión 2035, MisterGreen busca operar más de 10 mil Teslas en modalidad autónoma. Lo relevante no es la cifra, sino el modelo de negocio detrás. En lugar de depender de terceros, la empresa apuesta por integrarse verticalmente en la cadena de valor: vehículo, software y operación.
Además, el reciente respaldo de inversores como De Investeerdersclub y De Breed & Partners indica que el apetito por este tipo de proyectos va más allá del entusiasmo techie. Hay números, escalabilidad y un caso de negocio bien delineado.
En lugar de obsesionarse con la tecnología en sí, MisterGreen apuesta por el impacto estructural que esta tendrá. Su enfoque recuerda que el verdadero valor no siempre está en desarrollar el producto, sino en anticipar cómo se usará y quién lo operará.











