El ecosistema emprendedor en Estados Unidos se prepara para un nuevo desafío: el incremento en el costo de la visa H-1B. La medida, anunciada en septiembre por el gobierno estadounidense, apunta directamente a las empresas tecnológicas que dependen del talento extranjero para crecer y consolidar sus proyectos.
La visa H-1B se ha convertido en una pieza clave para las startups que buscan ingenieros, programadores y especialistas que no siempre se encuentran en el mercado local. Además, su encarecimiento obliga a los emprendedores a recalcular presupuestos, ajustar planes de contratación y, en muchos casos, repensar su estrategia de internacionalización.
Visa H-1B y startups tecnológicas
El aumento del cobro no solo impacta a gigantes tecnológicos, también afecta a pequeñas compañías que ven en esta visa una vía para atraer talento competitivo. Asimismo, los inversionistas observan con cautela cómo estas modificaciones regulatorias pueden influir en la velocidad de escalamiento de nuevos negocios.
En consecuencia, la noticia llega en un momento donde la demanda de talento especializado en inteligencia artificial, ciberseguridad y análisis de datos está en su punto más alto. Por otro lado, el debate se intensifica porque las startups suelen contar con presupuestos limitados frente a corporativos consolidados.
Retos y adaptaciones en el ecosistema
De igual manera, la situación obliga a los fundadores a buscar nuevas alternativas, desde la contratación remota hasta el fortalecimiento de hubs tecnológicos fuera de Estados Unidos.
El reto no es menor: actualmente se procesan más de 400 mil solicitudes de visa H-1B al año, y el alza en costos podría frenar la participación de startups en ese universo.