El calor residual “es la mayor fuente de energía del planeta”, afirma Joseph King, uno de los directores de programa de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada en Energía del gobierno estadounidense.
La startup israelí Luminescent ha desarrollado una tecnología para capturar este calor residual -lleno de CO2 que agrava el cambio climático- y convertirlo en electricidad, ya sea para alimentar la propia instalación a un coste menor o para venderlo de nuevo a la red eléctrica.
Facebook anunció en 2020 un plan para canalizar el calor residual de su centro de Odense (Dinamarca) para calentar casi 7.000 hogares, y otra iniciativa danesa utiliza el calor de un crematorio para calentar los hogares locales.
Pero, sobre todo, el negocio de la captura de calor se centra en grandes instalaciones con generadores importantes, donde producir y almacenar electricidad sin emisiones es más rentable.
Luminescent es la primera en dirigirse a los pequeños generadores de electricidad, que constituyen la mayor parte del mercado. Su motor supereficiente de calor residual estará disponible a mediados de 2023 como prueba piloto, y las ventas comenzarán en 2025.
Aunque el calor residual liberado al aire no tiene mucho efecto directo sobre el cambio climático, cada porción de calor residual reciclado en energía reduce nuestro uso de combustibles fósiles.
Según un estudio realizado en el Reino Unido, si algunas de las mayores centrales eléctricas del país desviaran el calor residual para calentar hogares y oficinas, se podría evitar la emisión de unos 10 millones de toneladas de CO2 al año.
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