Un cambio de escala está marcando el rumbo de una startup cannábica en Nueva York. La compañía Highline Environmental, con base en el norte del estado, ha inaugurado una nueva instalación de procesamiento de cannabis de 32,000 pies cuadrados. La decisión refuerza su modelo vertical de negocio y responde directamente a la demanda acelerada del mercado neoyorquino, uno de los más dinámicos en la regulación estatal de cannabis.
La planta está ubicada en las antiguas instalaciones de Chobani, en South Edmeston, y ya emplea a 30 personas con proyecciones de seguir contratando. En esta nueva etapa, Highline Environmental no solo se dedica al cultivo y procesamiento, sino que extiende su capacidad para empaquetado y fabricación de productos derivados como comestibles, aceites y tópicos. Esto la convierte en una de las pocas compañías del estado con control integral de su cadena de producción.
Cannabis en Nueva York: un mercado en expansión
Con la entrada en vigor de licencias para adultos y el impulso a productores locales, el ecosistema cannábico del estado exige infraestructura robusta. Highline Environmental ha apostado por equipamiento de última generación para mantener estándares farmacéuticos en su producción, lo que también favorece la trazabilidad y cumplimiento normativo. En consecuencia, la empresa busca posicionarse como proveedor clave para marcas emergentes que carecen de capacidades propias de manufactura.
El proyecto también revitaliza una zona rural afectada por la desindustrialización. De igual manera, abre espacio para alianzas con otras startups que busquen apoyo logístico o técnico en sus fases iniciales.
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