El término ‘países emergentes’ se acuñó por primera vez a principios de la década de los 90 como parte de la coyuntura generada por la expansión de las políticas de liberalización económica y financiera en el mundo en desarrollo.
¿Qué es un país emergente?
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), “las economías emergentes son países con una renta per cápita baja o media que han emprendido programas de desarrollo económico y reformas y han empezado a surgir como actores significativos en la economía mundial”.
Pero, como indica el propio FMI, hay muchas formas de categorizar a los países como mercados emergentes. Pese a no existir un baremo estándar a nivel internacional que determine qué convierte un país en emergente, distintas organizaciones han establecido sus propios criterios.
El FMI tiene en cuenta el PIB nominal (total y per cápita), la población, el ratio del comercio mundial y el porcentaje de deuda externa total.
Según estos requisitos, 18 países entraban dentro de la denominación de países emergentes en 2022: Arabia Saudí, Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas, Hungría, India, Indonesia, Irán, Malasia, México, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Tailandia y Turquía.
Todas estas economías emergentes cuentan, en casi todos los casos, con características comunes como su gran población y extensión o la abundancia de recursos naturales.
Presentan grandes desigualdades
Asimismo, sin poder ser considerados países subdesarrollados, presentan grandes desigualdades y altos niveles de pobreza en determinados estratos de su población.
Otra distinción común a los países emergentes es que en casi todos existe un proceso de cambio no solo económico, sino en su mayoría político y social que está también en vías de consolidación.
Estos procesos de cambio vienen marcados por la occidentalización, el establecimiento y afianzamiento más o menos logrado de sistemas de gobierno democráticos y el fomento activo de economías libres de mercado.
Fuente: am.pictet