La tecnología no está robando empleos. Está cambiando las reglas del juego. En Estados Unidos, el 57% de las actividades laborales actuales podrían automatizarse con inteligencia artificial, según el último informe de McKinsey publicado en noviembre. Este dato no es un pronóstico lejano: es una realidad que ya está en marcha y está remodelando industrias enteras.
Transformación, no reemplazo: el verdadero impacto de la inteligencia artificial
A diferencia de olas anteriores de automatización, esta vez no solo están en juego las tareas repetitivas. La IA generativa tiene capacidad para intervenir en actividades cognitivas, análisis de datos, creación de contenido y atención al cliente, lo que abre un nuevo campo de transformación laboral. McKinsey estima que hacia 2030, hasta el 30% del tiempo laboral de los trabajadores estadounidenses será asistido o automatizado por inteligencia artificial.
Esto no significa que millones de personas quedarán sin trabajo. Significa que los trabajos, tal como los conocemos, están cambiando. Profesionales con habilidades digitales, pensamiento crítico y capacidad de adaptación estarán mejor posicionados para beneficiarse de esta transición. Por eso, la capacitación continua ya no es opcional, sino estratégica.
Al mismo tiempo, sectores como salud, tecnología y energía verde están generando nuevos empleos gracias a la adopción de IA. El informe también destaca que los efectos del cambio no serán homogéneos: los trabajadores con salarios más bajos enfrentarán mayores desafíos, mientras que los empleos bien remunerados se verán reforzados por herramientas inteligentes.
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