El IEPS a bebidas azucaradas ha sido promovido desde 2014 como una herramienta para mejorar la salud pública.
Sin embargo, su implementación también ha generado efectos colaterales profundos en el ecosistema empresarial, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) y los comercios tradicionales.
En el marco del Seminario Nacional e Internacional sobre Ciencia Jurídica, organizado por la FES Acatlán de la UNAM, especialistas de México y Brasil analizaron los verdaderos impactos de este gravamen.
¿La conclusión? El impuesto está fortaleciendo la posición de las grandes corporaciones mientras pone en riesgo la viabilidad de miles de pequeños negocios.
Desigualdad en el mercado
Mientras multinacionales como Coca-Cola cuentan con estructuras consolidadas y economías de escala que les permiten absorber el impacto fiscal sin perder competitividad, las pequeñas y medianas empresas enfrentan un escenario muy diferente.
Según la Dra. Elba Jiménez Solares, académica de la FES Acatlán, el IEPS representa una barrera competitiva: “Las grandes empresas resisten, pero las PyMEs están obligadas a trasladar el costo al consumidor o reducir márgenes ya de por sí limitados”.
Esto se traduce en una pérdida de clientela y en muchos casos, cierres definitivos.
La Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) ha alertado que hasta 60 mil puntos de venta, principalmente tiendas de barrio, podrían desaparecer si persiste esta dinámica.
El impacto estructural: Concentración y riesgo de monopolios
El problema no se limita al alza de precios. Según los expertos, el diseño actual del IEPS a bebidas azucaradas refuerza estructuras de mercado dominadas por unos cuantos jugadores, lo cual puede vulnerar el principio de libre competencia, protegido por el Artículo 28 constitucional.
Desde esta perspectiva, el impuesto no solo distorsiona el mercado, sino que genera concentración de poder económico, debilitando la diversidad empresarial, uno de los motores clave para la economía mexicana.
¿Y la salud pública?
Aunque su fin extrafiscal es mejorar la salud, los datos sugieren que el IEPS a bebidas azucaradas no ha logrado disminuir el consumo de bebidas azucaradas ni frenar enfermedades como la obesidad o la diabetes.
El Dr. Argos Campos Ribeiro Simões, juez presidente del Tribunal de Impuestos y Tasas del Estado de São Paulo, calificó al impuesto como un “error económico tributario”, al asegurar que no cumple con su objetivo de modificar conductas de consumo, pero sí penaliza a los sectores más vulnerables, tanto en términos sociales como empresariales.
De hecho, cifras recientes indican que la diabetes pasó de 9.2% en 2012 a 18.3% en 2022 en México, lo que pone en entredicho la eficacia del impuesto como política de salud pública.
Lecciones internacionales
La experiencia internacional refuerza esta crítica. Según el Dr. Allan Fallet, de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, países como Reino Unido y Dinamarca han registrado efectos similares, distorsión del mercado, sin mejoras sustantivas en salud pública.
¿Hacia una reforma del IEPS a bebidas azucaradas?
Para las PyMEs y comercios locales, el llamado es claro; urge un rediseño del IEPS que contemple no solo el objetivo fiscal o de salud, sino también el impacto en la estructura competitiva del mercado.
En su estado actual, este impuesto no solo no cumple su fin extrafiscal, sino que contribuye a consolidar monopolios y marginar a los negocios más pequeños, debilitando la diversidad económica nacional.
TAMBIÉN PUEDES LEER:
Proponen incluir a Electrolit en impuesto por bebidas azucaradas
Proponen incluir a Electrolit en impuesto por bebidas azucaradas