La forma correcta de planificar en tu emprendimiento es fijarte una meta.
Tus objetivos deben tener las siguientes características: ser medibles y tener un tiempo específico en el que la meta o el objetivo se cumpla para que puedas determinar cómo y cuándo sucederán los resultados.
Ya sabemos que el riesgo existe. ¿Cómo puedes evitarlo? Mediante un programa de gestión de riesgos que te permita conocer qué es lo que puedes hacer en caso de que algunos de estos se presenten y establecer cómo sobrellevarlos, tanto de forma personal como por departamentos.
Por ejemplo, en el área comercial hemos llegado a presenciar más de un problema, pero el más particular siempre es que una campaña o una estrategia en la que se invirtió presupuesto no funcione. Como departamento deben tenerse alternativas que te permitan lidiar con un obstáculo de ese tipo; siempre hay que prevenir riesgos.
Aunque las posibilidades sean mínimas, el impacto de error al entregar resultados debe ser el mínimo a toda costa.
Además, cada departamento debe tener un presupuesto destinado a necesidades específicas. Los recursos que tengas se invierten con la finalidad de maximizar los resultados y respaldar los objetivos de tu equipo. Adicionalmente, más que planificar estrategias para el momento, todo el tiempo debes visualizarlas a largo plazo y analizar qué tan rentables serían en un futuro.
Fuente: emprendedor.com
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