La vida moderna en Estados Unidos impulsa a muchos fundadores y profesionales a trabajar bajo niveles de tensión que dañan su rendimiento. Esa realidad motivó el origen de Awear, un wearable que analiza la actividad cerebral para detectar estrés antes de que afecte la salud mental.
El dispositivo nació cuando Antonio Forenza, ingeniero y exlíder de I+D en Rakuten Symphony, buscó una manera de medir su propio estrés y descubrió que no existía una herramienta capaz de hacerlo con precisión. Esa brecha tecnológica abrió paso a un enfoque que mezcla neurociencia, IA y diseño orientado al consumidor.
Awear impulsa una nueva categoría de wearables cerebrales
Awear utiliza un sensor EEG compacto que se coloca detrás de la oreja y registra ondas beta, un indicador clave de sobrecarga mental. Además, la app ofrece coaching personalizado con IA para fortalecer la resiliencia emocional. Del mismo modo, el sistema permite detectar patrones de estrés que las personas suelen ignorar porque el cerebro se adapta incluso a estados dañinos.
El proyecto ya llamó la atención del ecosistema de innovación. Awear compitió como finalista de Startup Battlefield 200 en TechCrunch Disrupt y ganó el premio en la categoría de salud. También avanzó en investigación clínica, ya que Stanford prueba el dispositivo para identificar desorientación en adultos mayores después de cirugías.
Crece con apoyo de inversionistas y adopción temprana
La startup cerró una ronda pre-semilla respaldada por Hustle Fund, Techstars, The Pitch Fund y Niremia Collective. Asimismo, planea levantar cinco millones de dólares en su ronda semilla a inicios de 2026 y lanzar una campaña en Kickstarter, una estrategia común en wearables que buscan validación de mercado.
El dispositivo cuesta 195 dólares en su programa de acceso anticipado, que incluye suscripción vitalicia a la app. Por otro lado, la compañía afirma que muchos fundadores ya lo usan como herramienta de gestión emocional. El segmento de wearables basados en EEG superó los 700 mil dispositivos vendidos en 2024, dato que refuerza la demanda por soluciones centradas en bienestar cerebral.











