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Vidrio balístico y zonas opacas: Shel-Ha te explica dónde importa más la protección

El blindaje automotriz combina diferentes materiales para ofrecer una protección real a los ocupantes. A menudo la atención se centra en los vidrios, pero la experiencia demuestra que los proyectiles pueden dirigirse a pilares, bisagras o marcos. En estos puntos, el refuerzo de zonas opacas es lo que garantiza que no existan vulnerabilidades. Shel-Ha Solutions enfatiza que la continuidad entre vidrio balístico y blindaje estructural es lo que define la resistencia efectiva de un vehículo.

La norma europea EN 1063 clasifica el vidrio balístico en niveles BR1 a BR7. A partir del BR5, los cristales resisten municiones de rifles de asalto, mientras que los niveles superiores enfrentan proyectiles perforantes. Los vidrios suelen ser multicapa, combinando cristal y policarbonato, lo que permite detener impactos y evitar desprendimientos hacia el interior.

Sin embargo, de poco sirve un cristal certificado si el proyectil encuentra un punto débil en la estructura. Por ello se refuerzan puertas, techos y pilares con acero balístico, fibras aramidas o polietileno de alta densidad.

Del cristal multicapa a los refuerzos invisibles en la carrocería

“En los ataques reales, la primera reacción de los agresores es disparar hacia marcos de puertas o solapes, no siempre al cristal”, explica Carlos Juraidini Rumilla, director general de Shel-Ha Solutions. “Si el diseño no garantiza continuidad, el blindaje deja de ser confiable”, subraya.

El principio de continuidad puede observarse en los sistemas de seguridad que protegen al presidente de Estados Unidos durante sus discursos al aire libre. El Servicio Secreto instala paneles de vidrio balístico transparente capaces de detener proyectiles de armas largas sin interferir con la visibilidad. El objetivo es el mismo que en un vehículo blindado: asegurar que no existan ángulos descubiertos y que el material se conecte sin fallas con la estructura de soporte.

En el sector privado, celebridades y empresarios han optado por SUVs blindadas de apariencia discreta, como Cadillac Escalade o Chevrolet Suburban. Estos modelos incorporan refuerzos invisibles en bisagras, techos y tanques de combustible, lo que permite mantener la estética del vehículo sin sacrificar seguridad.

“No se trata de añadir capas aisladas, sino de asegurar un conjunto que responda como una sola unidad”, concluye Juraidini Rumilla.

Shel-Ha Solutions aplica esta misma lógica en cada proyecto, priorizando la integración entre vidrio y zonas opacas. El resultado es una protección balanceada que permite enfrentar diferentes amenazas sin comprometer el desempeño del vehículo ni la tranquilidad de los ocupantes.

 

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Redacción

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