Mientras muchas marcas continúan apostando por precios altos para compensar la inflación, PepsiCo decidió tomar otro camino. En Estados Unidos, la compañía anunció que reducirá los precios de algunos de sus productos, alineándose con el gigante minorista Target para enfrentar la creciente crisis de asequibilidad que vive el país. Este movimiento desafía la narrativa dominante del “shrinkflation” y responde directamente al cambio de comportamiento del consumidor.
El anuncio no solo busca mantener la competitividad de PepsiCo, sino también reconectar con un mercado que está priorizando lo esencial. Tras varios trimestres con ventas planas y precios en aumento, el CEO Ramón Laguarta reconoció que es momento de ofrecer opciones más accesibles y reactivar el crecimiento.
Una apuesta audaz ante una economía tensa
La medida llega en un momento en que el consumidor estadounidense está resintiendo los altos precios. Target fue el primero en mover ficha con más de 5,000 productos rebajados, y PepsiCo decidió sumarse. La colaboración entre ambos no es menor: combina la influencia de una marca global con el alcance estratégico de uno de los retailers más relevantes del país.
Además, el plan va más allá de simples descuentos. PepsiCo también reconfigurará sus promociones y empaques para aumentar el valor percibido, especialmente en categorías como snacks y bebidas. De esta forma, la empresa busca equilibrar su rentabilidad con una respuesta inteligente al bolsillo del consumidor.
Por otro lado, la compañía ha comenzado a diversificar sus canales y productos, apostando por segmentos de mayor rotación y conveniencia. Esta estrategia, si bien reactiva, podría tener implicaciones duraderas para el modelo de negocios de otras marcas de consumo masivo.
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