En la actualidad, garantizar la protección de los ciudadanos es un pilar fundamental para el crecimiento sostenible de las urbes. Más allá de prevenir actos delictivos, la seguridad impulsa el dinamismo económico, fomenta la cohesión social y estimula el avance tecnológico.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la implementación de estrategias de seguridad innovadoras puede disminuir los índices delictivos hasta en un 15% en áreas metropolitanas, mejorando la calidad de vida y fortaleciendo el atractivo para las inversiones.
Tecnología y estrategias para entornos urbanos seguros
Por lo tanto, Ernesto Mizrahi Haiat, experto en seguridad e innovación, enfatiza que la protección ciudadana debe considerarse un eje estratégico del desarrollo urbano. “La seguridad no solo trata de frenar el crimen, sino de generar un ambiente de confianza que incentive la inversión, el turismo y la generación de empleo”, explicó.
Sin embargo, el uso de inteligencia artificial, videovigilancia en tiempo real y plataformas de participación ciudadana han demostrado ser herramientas eficaces. Un estudio de 2021 revela que el uso de cámaras inteligentes y software de análisis de delitos ha reducido hasta un 20% los robos a comercios en ciudades de América Latina.
Seguridad e inversión: un círculo virtuoso
Las metrópolis con menores índices delictivos captan más inversiones en infraestructura, vivienda y comercio, fortaleciendo su competitividad global. “Cada acción destinada a mejorar la seguridad sienta las bases para el desarrollo sostenible y la equidad social”, afirmó Ernesto Mizrahi Haiat.
Finalmente, para consolidar estos avances, se recomienda reforzar la cooperación entre gobiernos, empresas y ciudadanos. Además, la capacitación continua de los cuerpos de seguridad y la educación en valores cívicos son esenciales para transformar las ciudades en espacios prósperos e innovadores.