El emprendimiento femenino ya no es una excepción en México. Es una revolución silenciosa que crece desde las bases económicas, impulsa comunidades y rompe techos de cristal sin pedir permiso. Las mujeres emprendedoras mexicanas no solo están creando negocios, están redefiniendo lo que significa liderar y generar impacto desde lo local hacia lo global.
Según datos recientes del INEGI, más de 2 millones de mujeres en el país lideran negocios, y el 19 de noviembre se convirtió en una fecha clave para visibilizar su papel: el Día Internacional de la Mujer Emprendedora. Esta conmemoración que cobra fuerza cada año en México no es solo una celebración, es un llamado a invertir, formar redes y reconocer que apoyar a una mujer emprendedora es apostar por el crecimiento económico sostenible.
El talento femenino como pilar de la economía
En México, el 24.5% de los negocios son dirigidos por mujeres. Aunque la cifra aún está lejos de la paridad, el avance es significativo. Lo interesante es que muchas de estas emprendedoras no solo buscan ingresos, también soluciones a problemas reales. Desde el acceso a salud hasta la educación financiera, sus propuestas tienen un enfoque social claro.
Además, las emprendedoras mexicanas han demostrado resiliencia postpandemia: más del 70% han adaptado sus modelos de negocio al entorno digital, utilizando plataformas, redes sociales y soluciones fintech. Esto no solo incrementa su alcance, también las posiciona como referentes de innovación.
Este día impulsado por la ONU y otras organizaciones globales cobra sentido cuando se convierte en plataforma para articular apoyos, crear comunidad y brindar formación. En 2024, diversas instituciones mexicanas aprovecharon la fecha para lanzar programas de mentoría y acceso a capital con enfoque de género.
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