Cuando el cambio de hábitos de consumo se encuentra con la innovación en las cadenas productivas, ocurren cosas que vale la pena mirar de cerca. México, un país históricamente vinculado al consumo de huevo, está acelerando su transición hacia un modelo más ético y sostenible: el del huevo libre de jaula.
Este giro no es anecdótico. De agosto a noviembre de 2025, 17 empresas en México se sumaron públicamente al compromiso de eliminar el uso de huevo de gallinas enjauladas. Entre ellas, destacan nombres como Grupo Bimbo, Alsea y McDonald’s, que ya trabajan con proveedores certificados en bienestar animal, como El Calvario, La Granja y Proteína Animal. Esto no solo marca un hito ético: también redefine los estándares competitivos del sector.
La industria alimentaria como catalizador del cambio
La presión de consumidores informados y regulaciones internacionales está obligando a los gigantes del retail, la hotelería y los servicios de alimentos a moverse rápido. En este ecosistema de transformación, las startups y los productores locales encuentran una ventana única para escalar soluciones más sostenibles y transparentes.
Además, iniciativas como la de la organización internacional Igualdad Animal, que monitorea y empuja el cumplimiento de estos compromisos, están ayudando a construir confianza y trazabilidad. Por otro lado, empresas como Marriott International y Grupo Herdez también han dado pasos estratégicos hacia el huevo libre de jaula, lo que indica una tendencia sistémica más allá de lo simbólico.
México es el mayor consumidor per cápita de huevo a nivel mundial. Esto convierte al país en un laboratorio perfecto para escalar prácticas que prioricen el bienestar animal y la sustentabilidad sin perder eficiencia ni rentabilidad. La oportunidad para innovar en este sector está servida.
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