Subir el volumen y poner música desde Spotify o YouTube en un negocio suena tan cotidiano como encender las luces. Pero en México, esta práctica puede costarte mucho más que la mensualidad de cualquier plataforma. Si usas música en tu local sin una licencia adecuada, podrías enfrentar multas de hasta 1.5 millones de pesos.
El Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor) ha intensificado su vigilancia sobre establecimientos comerciales que reproducen música con fines de ambientación. Aunque parezca un detalle menor, usar canciones protegidas sin autorización es una infracción directa a la Ley Federal del Derecho de Autor. Y en tiempos donde la formalización es clave para escalar, ignorar este aspecto puede poner en riesgo toda tu operación.
Reproducir música en negocios no es uso personal
Usar plataformas como Spotify, YouTube o Apple Music en una cafetería, tienda o consultorio no es un “uso doméstico”. Estas licencias están diseñadas para consumo individual. Para espacios públicos, se requiere un permiso de ejecución pública emitido por sociedades de gestión colectiva como SACM (Sociedad de Autores y Compositores de México) o Sgacemm.
Además, si tus redes sociales muestran contenido grabado en el local con música de fondo no licenciada, podrías ser sancionado también por exhibición digital sin derechos. En un entorno cada vez más legalmente exigente, no tener los permisos correctos puede frenar tu crecimiento o complicar una ronda de inversión.
La música ambienta, conecta y crea experiencia de marca. Pero si no regularizas su uso, el costo emocional de un buen playlist se convierte en riesgo legal. Hay licencias comerciales asequibles y plataformas especializadas que sí permiten reproducir música legalmente en espacios públicos.
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