Una nueva jugada estratégica está en marcha desde Francia: Kering, el gigante del lujo detrás de marcas como Balenciaga y Saint Laurent, lanza una división de inversiones bautizada como House of Dreams. Esta unidad nace con un objetivo claro: diversificar su portafolio y reducir la excesiva dependencia que aún mantiene con Gucci, marca que representa más del 50% de sus ingresos.
Bajo la batuta de Jean-Marc Duplaix, CEO de Kering, esta apuesta busca identificar y adquirir marcas emergentes del sector lujo, aprovechando el músculo financiero del grupo. La meta no es solo crecer, sino crear un ecosistema propio que combine herencia, creatividad y una visión de futuro. Todo mientras navegan un entorno desafiante donde la desaceleración del consumo de lujo ha afectado a múltiples mercados, incluido el europeo.
House of Dreams: más que una inversión
El nombre no es casual. House of Dreams nace como incubadora de futuro, con un enfoque en construir marcas aspiracionales que aún no han alcanzado su máximo potencial. Kering busca captar talento creativo, modelos de negocio sostenibles y propuestas que conecten con nuevas generaciones, especialmente en Asia y América Latina.
Además, se proyecta como un semillero de innovación dentro de la industria, con capacidad para experimentar sin poner en riesgo las operaciones centrales del grupo. El resultado esperado: nuevas fuentes de ingresos que equilibren el peso de Gucci y aseguren una base de crecimiento más estable.
En un mundo donde el consumidor evoluciona a ritmo acelerado, depender de una sola marca ya no es una opción. Kering lo sabe, y por eso su movimiento marca un antes y un después. La creación de esta unidad refleja una mentalidad más ágil, menos reactiva y con más hambre de exploración.
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