El consumo de Electrolit se encuentra bajo debate luego de que en agosto de 2025 se planteara su posible incorporación al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). El argumento, impulsado por el senador Ricardo Monreal, señala que la bebida de rehidratación contiene niveles de azúcar comparables con los de refrescos y jugos ya gravados.
La medida se enmarca en la estrategia de salud pública que desde 2014 busca reducir la incidencia de enfermedades asociadas a la ingesta calórica. Para Monreal, no se trata de restringir el acceso al producto, sino de aplicar un esquema justo para todas las bebidas con alto contenido de azúcares.
Electrolit ante un escenario regulatorio más estricto
Con más de siete décadas en el mercado, Electrolit se ha consolidado como una de las marcas más reconocidas en el país. Sin embargo, la propuesta de su inclusión en el IEPS podría obligar a la empresa a revisar costos y estrategias comerciales.
En agosto de 2025, la Secretaría de Hacienda reportó que la recaudación por el impuesto a bebidas azucaradas superó los 32 mil millones de pesos. Si Electrolit se integra al gravamen, el efecto no solo sería financiero, sino también reputacional, al ubicar a la marca dentro de una categoría vigilada por su impacto en la salud.
Por otro lado, el contexto abre oportunidades de innovación. Reformular presentaciones con menos azúcar o ampliar la gama de productos saludables podría reforzar la confianza de los consumidores.
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