La cúrcuma puede tener un tono vibrante, pero también esconder colorantes no autorizados. En España, el centro tecnológico AINIA ha validado una herramienta capaz de identificar adulteraciones en especias con una eficacia milimétrica. Lo ha hecho gracias a la cromatografía líquida de ultra-alta resolución acoplada a espectrometría de masas, una tecnología que suena compleja pero promete simplificar uno de los desafíos más serios en la industria alimentaria: garantizar la autenticidad de ingredientes que usamos a diario.
Los resultados del proyecto han sido validados en una planta piloto industrial, reforzando su aplicabilidad fuera del laboratorio. Esta tecnología permite detectar compuestos ilegales como el Sudan I o el Rodamina B, frecuentemente usados para alterar visualmente productos como curry o pimentón.
El desarrollo no solo protege la salud del consumidor, sino también la integridad de las marcas y la competitividad del sector agroalimentario europeo.
Innovación que protege desde la cadena de valor
El avance de AINIA forma parte del proyecto europeo SPICED, impulsado por la necesidad de herramientas rápidas y fiables frente a un mercado global donde la adulteración de ingredientes genera pérdidas millonarias. Además de su precisión, la tecnología ofrece tiempos de respuesta reducidos, una ventaja clave en entornos de producción donde cada minuto cuenta.
La metodología desarrollada puede integrarse como sistema de control de calidad en tiempo real, lo cual no solo eleva los estándares de seguridad, sino que también optimiza los costes operativos. El impacto potencial abarca desde productores hasta distribuidores, abriendo la puerta a modelos de trazabilidad más robustos.
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