La competencia por el dominio del metaverso y los ecosistemas inmersivos en Estados Unidos está lejos de enfriarse. Meta ha decidido ajustar el tablero una vez más y prepara un aumento en el precio de sus dispositivos de realidad virtual, buscando equilibrar costos de innovación con percepción de valor. El enfoque es claro: reforzar su liderazgo en hardware VR sin ceder margen ante una industria en transformación constante.
A partir de diciembre, la versión con mayor capacidad del Meta Quest 3 (512 GB) subirá su precio en 50 dólares, alcanzando los 649.99 dólares. Aunque la edición base se mantiene sin cambios, este movimiento posiciona a Meta en una estrategia dual: atraer nuevos usuarios con una entrada competitiva, mientras impulsa a los entusiastas a optar por más almacenamiento y beneficios exclusivos como una suscripción gratuita a Meta Quest+ por seis meses.
La realidad virtual, en plena redefinición
El mercado global de realidad virtual vive un momento decisivo. Meta busca mantener la delantera frente a gigantes como Apple, cuyo Vision Pro debutará a inicios de 2026. Al subir precios, Meta también refuerza la idea de que el VR no es solo un accesorio tecnológico, sino una puerta de entrada a nuevas experiencias digitales, desde gaming hasta entornos laborales.
Además, la jugada llega en un momento en que la demanda por dispositivos premium gana tracción. Meta se alinea con esa tendencia y redefine el valor percibido de su propuesta.
El verdadero objetivo va más allá del hardware: Meta quiere consolidar un ecosistema VR rentable, con contenido exclusivo, suscripciones y servicios integrados. La firma ya ha vendido más de 20 millones de unidades de su línea Quest y planea seguir creciendo, aun si eso implica ajustar su modelo de precios.
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