Mazatlán está viviendo un nuevo ciclo de expansión económica que no depende de promesas futuras, sino de realidades que ya están transformando su paisaje urbano y empresarial. Con una mezcla potente de turismo en auge y capital privado enfocado en desarrollos inmobiliarios, este puerto sinaloense se consolida como un motor económico del noroeste de México.
Además de su atractivo natural, el dinamismo económico se ve impulsado por obras públicas estratégicas que mejoran la conectividad y detonan nuevas oportunidades de negocio. El aeropuerto internacional, por ejemplo, movilizó a más de 1.4 millones de pasajeros en los primeros ocho meses de 2025, lo que representa un crecimiento sostenido en la llegada de visitantes. Esto ha reconfigurado el panorama comercial y de servicios de la ciudad.
Turismo y crecimiento económico en Mazatlán
La proyección turística ha potenciado sectores como la hotelería, el entretenimiento y los servicios especializados. Mazatlán no solo atrae por sus playas, sino por su infraestructura moderna, su oferta cultural y su creciente conectividad aérea y terrestre. A esto se suma el nuevo Libramiento Sur que, junto con la ampliación de la avenida Delfín, abre paso a un desarrollo más ordenado, ágil y atractivo para nuevos inversionistas.
En consecuencia, Mazatlán ha dejado de ser únicamente un destino vacacional para posicionarse como un hub de inversión inmobiliaria. Se multiplican los proyectos de vivienda vertical, desarrollos turísticos premium y espacios comerciales orientados al visitante internacional.
Esto ha generado empleos, derrama económica y una transformación urbana sin precedentes.
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