El futuro de la innovación digital en Reino Unido podría enfrentar un giro inesperado. Google alzó la voz esta semana, advirtiendo que las nuevas propuestas regulatorias sobre el mercado de búsquedas podrían desencadenar efectos contrarios a los esperados. La compañía considera que limitar su integración con productos como Google Maps o Google Flights afectaría la experiencia del usuario y debilitaría el ecosistema digital británico.
La alarma surge tras la publicación de una investigación provisional por parte de la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA), que apunta a que Google y Apple detentan un dominio excesivo en los navegadores móviles. En respuesta, Google sugiere que estas propuestas podrían desincentivar la inversión tecnológica e impedir el desarrollo de nuevos servicios en el país.
Una jugada que impacta más allá de Google
En su defensa, Google argumenta que su capacidad de innovar se basa precisamente en integrar múltiples servicios. Separarlos forzosamente, señala, no solo haría más lenta la búsqueda para los usuarios, sino que encarecería el acceso a información clave para startups y pymes que se apoyan en estas herramientas para crecer.
La discusión no es menor. Está en juego cómo Reino Unido posicionará su economía digital frente al resto de Europa. Aunque la CMA aún no ha emitido una decisión final, Google insiste en que una regulación mal calibrada frenaría tanto la competencia como la innovación que el propio regulador busca fomentar.
En agosto de 2025, la CMA confirmó que tomará una decisión definitiva sobre estas medidas antes de finalizar el año. Esto mantiene en vilo a todo el sector tecnológico británico.
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