En realidad en las últimas décadas, se ha observado una preocupante tendencia hacia la disminución del almacenamiento de agua terrestre, influyendo no solo en las reservas de superficie como la humedad del suelo y las masas de agua dulce congelada, sino también en las aguas subterráneas, cruciales para el abastecimiento humano y agrícola.
Estas son solo algunos de los principales efectos que ha generado el cambio climático en el suministro de agua en el mundo:
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Disminución del almacenamiento de agua terrestre
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Intensificación de fenómenos meteorológicos extremos
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Impacto del calentamiento global
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Riesgos Futuros
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Desastres naturales relacionados con el agua
Estos efectos subrayan la urgencia de tomar medidas globales y coordinadas para abordar el cambio climático y proteger los recursos hídricos del planeta. Sin embargo en el caso de México, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX), lidera algunos de los esfuerzos enfocados a mitigar el impacto del cambio climático en la gestión del agua urbana.
Sin embargo aunque parece una acción pequeña, este enfoque contribuye a reducir la cantidad de energía necesaria para el bombeo, disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto en el medio ambiente de dichas operaciones a la par que mejora la eficiencia del sistema de suministro.
Como resultado otra de las acciones que ha implementado el SACMEX y que contribuyen a diminuir el impacto del cambio climático, tiene que ver con el tratamiento de aguas residuales mediante la captura de biogás. Este gas combustible no solo puede ser utilizado para generar energía, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles, sino que también contribuye a la mitigación de la producción de metano, un potente gas de efecto invernadero.