México 12 septiembre._ Una compañía que busca digitalizar a la industria manufacturera en México, el Rappi de las prestaciones laborales y un exchange de criptomonedas orientado a traders fueron las startups de la semana.
Pulsar busca digitalizar a la industria manufacturera en México
Pulsar, una compañía basada en California, Estados Unidos, busca digitalizar a la industria manufacturera al norte de México. Enfocada sobre todo a las plantas de manufactura en Nuevo León, ofrece un producto que consiste en digitalizar las máquinas de las plantas manufactureras a través de un conjunto de sensores que permiten monitorear el desempeño de las líneas de producción.
Pulsar fue fundada a principios de 2019 por los chilenos Juan Cristóbal Ruiz-Tagle, Cristian Bartolomé y Matías Castillo.
En 2021, la startup levantó una ronda semilla por 3.6 millones de dólares. El fin es crecer su portafolio de productos y su cartera de clientes.
La productividad de las plantas que han implementado la solución ha conseguido aumentar hasta 10% en apenas unos meses, con lo que el Retorno de Inversión es bastante acelerado.
Plerk levanta 12 millones de dólares en serie A
La plataforma de beneficios para empleados Plerk levantó una ronda serie A por 12 millones de dólares liderada por Upload Ventures y acompañada por Magma Partners, 500 Startups, MGV Capital e inversionistas ángeles de Rappi, Frubana y Troura. Plerk es una startup nacida en México que se dedica a ofrecer planes de beneficios para trabajadores de empresas.
Bybit
El exchange de criptomonedas con origen en Singapur Bybit anunció que alcanzó a un total de 10 millones de usuarios en 160 países. La plataforma fue fundada en 2018 y está orientada al uso por parte de traders profesionales.
La compañía ha experimentado un crecimiento de 346% en Argentina, 255% en Brasil y de 27% en México.
También presentó nuevos productos que incluyen un agregador web3 para productos de finanzas descentralizada. También una tarjeta de débito que permitirá a los usuarios pagar con stablecoins.
Fuente: El Economista