En Argentina, un estudio reciente explora una conexión inesperada: los rasgos de las casas de Harry Potter podrían reflejar comportamientos clave al momento de emprender. A través de más de 3.000 respuestas, la plataforma Empirical reveló cómo Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin proyectan actitudes distintas frente al liderazgo, el fracaso, el dinero y la innovación.
Lo interesante no es solo el guiño cultural. Es que, con estos datos, se empieza a perfilar un nuevo enfoque para identificar talento fundador: el análisis de atributos psicoemocionales desde la autoidentificación lúdica. Y eso, en un país donde la creatividad empresarial suele nacer en los márgenes, podría ser una ventaja única.
Slytherin lidera en toma de riesgos y ambición económica
El estudio muestra que quienes se identifican con Slytherin priorizan el dinero como medida de éxito, destacan por su tolerancia al fracaso y tienen un perfil orientado al logro personal. En contraste, los Gryffindor se mueven por pasión, son más idealistas y muestran mayor aversión al fracaso.
Los Ravenclaw prefieren el análisis profundo y tienden a evitar riesgos innecesarios, mientras que los Hufflepuff valoran el trabajo en equipo y se enfocan en proyectos con impacto comunitario. Esta segmentación permite a incubadoras, fondos y mentores adaptar mejor su apoyo al tipo de emprendedor que tienen delante.
Lejos de ser una curiosidad anecdótica, este enfoque gana terreno en el ecosistema de innovación. La gamificación y las referencias culturales empiezan a jugar un rol en procesos de selección, armado de equipos y validación de ideas. En un entorno tan volátil como el argentino, entender qué motiva a cada tipo de emprendedor puede marcar la diferencia entre pivotear y perseverar.
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