El clima extremo de Finlandia nunca ha sido amable con la logística, pero una nueva ola tecnológica empieza a cambiar esa dinámica. En Espoo, una ciudad cercana a Helsinki, los drones de entrega ya forman parte del día a día en pedidos de comida, incluso bajo lluvia o viento intenso.
La iniciativa nace de la colaboración entre Manna, Wolt y la startup local Huuva, que busca llevar opciones gastronómicas de alta demanda a zonas donde la oferta es limitada. Además, la integración de drones permite agilizar trayectos y mejorar la experiencia de usuarios que dependen de entregas rápidas.
Drones de entrega impulsan velocidad y mejores costos
La operación funciona de forma simple para quien ordena. Si las condiciones lo permiten, Wolt envía el pedido con un dron que despega desde un punto compartido con Wolt Market. Cada unidad transporta hasta 4.4 libras y puede llegar antes que un repartidor tradicional, lo que mantiene la comida fresca. Además, la tecnología ayuda a evitar tráfico y reduce tiempos críticos en horas pico.
Huuva destaca que este proceso también mejora números internos. Una entrega tradicional puede costar entre 5 y 6 euros, mientras que un vuelo automatizado podría bajar a alrededor de 1 euro. Esta diferencia atrae a startups que buscan optimizar márgenes sin sacrificar calidad.
Entregas avanzan con seguridad y control humano
Manna opera con protocolos estrictos. Sus drones soportan lluvia, nieve y viento gracias a pruebas previas en Irlanda. Cuando el clima impone límites, el sistema cambia automáticamente a métodos alternos. La supervisión se coordina entre el equipo en Finlandia y el centro de misión en Irlanda, donde se revisan mapas LiDAR y se autoriza cada entrega. Como último recurso, los drones usan un pequeño paracaídas para descender con seguridad.
Las cifras más recientes muestran que los equipos ya manejan entregas diarias de dos dígitos mientras se preparan para su primer invierno completo en Finlandia, un desafío ideal para probar la resiliencia de esta tecnología.
