¿Tendrá éxito una empresa? Todo depende de los valores que desarrolles en tu startup y si el emprendedor puede venderla a las partes interesadas desde el principio o se queda la gran idea en el tintero.
Después de todo el emprendedor debe tener una cualidad: saber vender y venderse. El arte de convencer es la herramienta para aparecer o no en el mundo empresarial.
Quien inicia un emprendimiento debe saber posicionar su startup desde el principio para todas las partes interesadas. Se trata de una labor impostergable: idear un plan para vender una idea y a su emprendedor a una variedad de audiencias.
¿Utópico, complicado irrealizable? Esta acción es la que determina el éxito o fracaso de la incipiente empresa. Es configurar de tal manera su concepto que resulte altamente atrayente a inversionistas, consumidores, proveedores, empleados y público en general. Cada uno debe encontrar en la startup valores convincentes para apoyarla.
4 valores básicos de una startup
La tarea no resulta compleja si se divide en cuatro partes sustanciales:
Lo primero es establecer una identidad de marca
Esto implica dotarla de personalidad. Una acción crucial para lograrlo es tener claro quiénes son los clientes objetivo, tanto en términos de sus características demográficas como de sus hábitos de compra. Esta información puede ayudar a crear un perfil psicológico del cliente y, a la par, establecer qué beneficios puede proporcionarle.
La “personalidad” de una marca determina cómo se comportaría si fuera una persona. También permite establecer su visión para el futuro y logra que se determine con mayor facilidad qué es y que no. Aunque parezca simplista, es una percepción tangencial para poner en marcha desde canales de distribución a políticas de recursos humanos y estrategias de ventas.
También es el eje rector de la comunicación.
Dotar de personalidad a la marca es un punto de inicio para vislumbrar el mercado. Cuando ya sabemos quién es nuestro cliente futuro se puede perfeccionar el argumento de venta y atraer clientes incluso antes de tener el producto.
Tener una narrativa
Se deben encontrar las palabras precisas para vender un concepto, pero también desarrollar una narrativa sobre el producto o servicio. Crear esta historia única requiere muchas conversaciones de ventas previas para afinar conceptos y encontrar los valores únicos que definen a la marca.
Fuente: emprendedor.com