El e-commerce ha revolucionado la manera en que las empresas interactúan con sus clientes, y México no es la excepción. En el último año alcanzó un valor de 658,000 millones de pesos, según datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
Esta cifra refleja un crecimiento del 29% en comparación con el año anterior y subraya el papel crucial de este tipo de comercio en la economía digital del país. A pesar de este notable crecimiento, hay mucho camino por recorrer para alcanzar su máximo potencial.
Respaldado por el conocimiento continuo del mercado, estoy seguro de que una de las áreas más prometedoras para el desarrollo del e-commerce es su integración en las startups.
Desde su concepción, este tipo de compañías, buscan innovar y disrumpir los modelos de negocio tradicionales. En este tenor, el comercio electrónico se presenta como una oportunidad de crecimiento y como herramienta esencial para competir en un mercado cada vez más digitalizado.
La adopción de estrategias de este tipo de comercio permite a las startups alcanzar un público más amplio, reducir costos operativos y ofrecer experiencias personalizadas a los clientes, lo que a su vez puede aumentar la lealtad del cliente y las ventas.
De acuerdo con la mencionada AMVO, el también llamado comercio electrónico en México representó el 12% de las ventas totales en el canal digital en 2023.
Este porcentaje es por demás significativo, considerando que el 73% de los consumidores realiza compras tanto en medios digitales como físicos. Sin embargo, solo 6 de cada 10 pequeñas y medianas empresas (pymes) en México venden en línea, lo que indica que aún hay una gran brecha para que más empresas adopten los canales digitales.