El gran motor de crecimiento de Iberdrola entre 2024 y 2026 serán las redes eléctricas. Son la columna vertebral que permite conectar la demanda, tanto industrial como doméstica, con la generación a través de infraestructuras.
La electrificación es imparable, tanto para las empresas, que deben seguir su hoja de ruta hacia la descarbonización, como para los particulares, que están cambiando sus modelos energéticos basados en fuentes de energía fósiles, como el gas, a otros basados en renovables, como el vehículo eléctrico y la bomba de calor. También el autoconsumo y su descentralización juegan un papel clave en el diseño de las redes eléctricas.
En este contexto, Iberdrola, a través de su programa de startups, Perseo, potenciará soluciones digitales que permitan incluir métodos o algoritmos de aprendizaje automático en sus redes para modelar nuevos escenarios de demanda y de generación, a través del autoconsumo, el almacenamiento y la flexibilidad de acceso. El objetivo es pronosticar su comportamiento operativo y, con ello, planificar sus inversiones para garantizar la capacidad de dicha red asumiendo una demanda razonable de distribución de electricidad.
Los eventuales aliados de Iberdrola deben tener en cuenta la generación eléctrica actual y el autoconsumo, el almacenamiento eléctrico, las nuevas demandas emergentes, la movilidad eléctrica, la bomba de calor o la descarbonización de actuales procesos industriales, entre otras. También deben ser conscientes de las nuevas demandas a medio y largo plazo: la electrificación digital, los nuevos consumos y las generaciones asociadas a desarrollos tecnológicos y modelos de negocio empresariales emergentes, como la Inteligencia Artificial o el hidrógeno verde.